Todos hemos escuchado o incluso utilizado esta frase alguna vez, la típica zona de confort, un lugar que dice ser cómodo y por ello no queremos salir de ahí, porque nos hace sentir seguros y protegidos, pero esto no siempre es real… suele ser un espejismo donde creemos que somos feliz ahí, sin embargo, es de los lugares más incómodos donde podemos estar, ya que en la “zona de confort” no crece nada, no podemos avanzar, solo envejecemos en el mismo lugar sin poder movernos para ver mejores paisajes.
En este momento te preguntarás, ¿por qué se le llama zona de confort si es un lugar tan horrible? la respuesta es muy sencilla, es porque aprendemos a estar conformes o “a gusto” en ella, ya que el miedo al cambio es mucho más grande. Esto se relaciona mucho con otra frase muy popular: “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Nos da más miedo lo que puede pasar fuera de la zona de confort. ¿Qué pasa si cambio y todo sale mal? ¿Qué pasa si no puedo regresar a esa zona donde no todo era color de rosa pero no me sentía tan vulnerable?
La realidad es que si salimos de nuestra falsa comodidad y nos enfrentamos a los terribles peligros de cambiar podríamos encontrar un lugar mucho más bello, donde todo crece, donde podemos avanzar, y sentirnos mejor, y vamos a encontrar muchos retos en el camino… podría todo salir mal, y en ese caso lo que haríamos es seguir avanzando, porque así como existe una zona de confort donde nada cambia, existen muchos escenarios en el camino del cambio, buenos y malos, donde podemos aprender a no pisar dos veces la misma piedra, donde podemos tomar esas piedras y usarlas como base para construir algo mejor.
Es muy importante tomar en cuenta que no se trata de aventarse a lo desconocido y esperar que todo salga bien, la preparación ayuda mucho a que cuando salgamos de esa peligrosa zona, podamos avanzar más rápido a nuestra meta. Crear un plan de acción que nos ayude a tomar mejores decisiones en el camino es clave.
Lo primero que hay que hacer es detectar cuál es nuestra zona de confort, aceptar que tenemos que movernos, y saber hacia donde queremos ir. Ya que tengamos esto definido podremos empezar a crear un plan de acción para llegar a nuestra meta. Para esto te recomiendo leer el artículo “Cómo cumplir tus objetivos en 7 pasos“, dónde platico qué puedes hacer para ser constante y avanzar en lo que te propongas.
Éste es un tema que me hace pensar mucho, ya que tengo una tendencia a sentirme incómodamente cómoda en mi zona de confort, sintiendo ganas de crecer, pero detenida por el miedo, es algo con lo que lucho todos los días, diciéndome a mi misma, “bueno, ¿qué es lo peor que puede pasar?”, y la respuesta a esa pregunta siempre será que lo peor que puede pasar es que me quede pausada sin intentar cosas nuevas que me ayuden a crecer.
Si tienes las mismas inquietudes que yo respecto a tu proyecto, negocio, o marca personal, no te preocupes, no somos los únicos, y siempre podemos trabajar en ello para avanzar hasta nuestra meta, a veces solo necesitamos un pequeño empujón que nos de la seguridad de que todo estará mejor, que podemos buscar algo mejor, construir algo mejor.
¿Qué piensas de este tema? ¿Cómo pudiste salir de tu zona de confort? ¿Qué le recomendarías a alguien que desea hacerlo? ¡Déjame tus comentarios!